sábado, 31 de octubre de 2009

El día que Google se interese por lo que usted hace, tiemble

A TomTom y a Garmin les va a hacer falta algo más que unos buenos GPS para salir del agujero en el que han caído gracias a la zancadilla de Google. Ayer las acciones de bolsa de uno caían un 20,84% y las del otro más de un 18% tras el anuncio del "buscador" (ja!) de que los teléfonos equipados con la versión 2.0 de Android podrán utilizar los mapas de Google para navegación en el coche, como un GPS convencional.

Móviles capaces de funcionar como GPS existen desde hace años, sí, pero hasta ahora todos requerían usar un software específico y, lo más importante, cartografías preparadas para guiar al conductor, diferentes de los mapas que el iPhone o los teléfonos Android muestran al abrir la aplicación correspondiente. Estos mapas los proporcionaban fundamentalmente dos compañías: TeleAtlas (de la propia TomTom) o Navteq (Nokia).

Google se suma ahora a la fiesta con una cartografía milimétrica propia que incluye el famoso Street View —las fotos a pie de calle, el camino a seguir se marca sobre ellas-, búsqueda de calles mediante voz , modelado tridimensional de varias ciudades (aunque aún no se pueda disfrutar en teléfonos) y una base de datos de comercios, atracciones turísticas y restaurantes que hace que la Guía Michelín parezca un tríptico editado por la oficina de turismo de Villacencerra del Colmenar.

Para un fabricante de navegadores GPS el anuncio no tiene que ser una tragedia. De hecho, es probable que sean buenas noticias. Pueden fabricar navegadores y hacerlos funcionar con Android, sistema operativo libre, y los mapas de Google ahorrándose lo que hasta ahora había que desembolsar por el uso de los otros mapas. Para TomTom, que también está en el negocio de la cartografía, es un golpe de escándalo. Es como tener un póquer de ases en la mano y que de repente te digan que estas jugando al cinquillo.

Google aún tiene que pulir los detalles del servicio. Por ahora sólo está disponible con el nuevo Motorola Droid, equipado con la versión 2.0 de Android y se negocia su inclusión en el iPhone, aunque no está claro cuándo y en qué términos.

Además, que Google se lance a competir en este terreno no quiere decir que tenga el éxito garantizado. No sería la primera vez que el gigante de Mountain View mete la pata o no está a la altura. Si algo se ha hecho bien en Google durante los últimos años, sin embargo, ha sido precisamente Google Maps y Google Earth, servicios que van como un reloj.

Es cierto que en la caída de las acciones Google no ha sido la única responsable. (TomTom anunció malos resultados económicos y pronosticó unas navidades difíciles para los vendedores de navegadores GPS), pero a estas alturas de la vida es imposible negar que Google se ha convertido en el elefante de la cacharrería que es Internet. No puede moverse sin montar un escándalo y no puede entrar en un nuevo mercado o negocio sin romper lo que se ha edificado hasta el momento. Lo dicho, si Google se interesa por su negocio, tiemble.

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