domingo, 6 de septiembre de 2009

Los códigos que permiten a los celulares interactuar con la realidad

Cada día los celulares entregan servicios que inevitablemente crean un vínculo de dependencia. La internet móvil permite enviar y recibir correos en cualquier lugar con señal, los mapas con GPS indican cualquier dirección e, incluso, son grandes organizadores de agendas.

Por lo mismo, cada día surgen nuevas aplicaciones que permiten reutilizar los elementos que ya se tienen en un teléfono para facilitar la vida de los usuarios. Uno de estos ejemplos son los llamados códigos QR (Quick Response), una tecnología conocida como el nuevo código de barras y que tiene una característica muy particular: puede ser leído por cualquier celular.

¿Cómo? A través de una fotografía, la cámara actúa como un traductor que permite no sólo crear un vínculo entre el mundo real y el digital, sino que ya se está convirtiendo en la nueva forma de realizar compras y recibir información del mundo.

Apuntar y disparar
Nadie sabe por qué se ha demorado tanto en llegar a Chile esta tecnología creada en la década pasada en Japón, país con la mayor utilización de este tipo de códigos.

Sólo a partir de este año llegó al país y eso se debe, en gran medida, a la masificación de los equipos celulares con cámara. "Actualmente, casi todos los equipos nuevos vienen con cámara, ya se ha convertido en una exigencia de los usuarios", señala el product manager de productos y servicios de Movistar, Andrés Kaiser.


Básicamente, el código QR es la evolución del clásico código de barras: se trata de una imagen que contiene información que puede ser interpretada a través del software indicado y que permite almacenar muchos más datos. Mientras los códigos de los supermercados no soportan más de 20 números, el código QR puede contener hasta siete mil caracteres.

"Esto le permite hacer sistemas de validación más complejas. Un código QR puede contener una imagen, el link hacia una página web o los datos de contacto de una persona", explica Kaiser. Por ejemplo, en el extranjero hay restaurantes que colocan un código en la calle en el cual la gente puede informarse de los platos que ofrecen y sus costos.

En Chile, Movistar ya ha incursionado en las primeras aplicaciones del servicio. Además del uso típico en marketing, donde los usuarios pueden utilizar sus cámaras para tomar fotos y "descifrar" contenidos exclusivos, hoy ya está comenzando a usarse como una nueva forma de crear ventas personalizadas. Esto impulsó a la compañía a hacer demostraciones masivas del sistema durante la feria Conecta, en julio de este año.

"Si bien no es parte de la compra, el código sirve para cerrar la transacción. Así, en vez de tener un boleto físico, se puede enviar una imagen que al ser leída contenga información sobre la persona y asociarlo a una reserva, la compra de boletos o la entrada a un recital", explica Klein. Un ejemplo: para ir al Cine Hoyts, el usuario primero compra su entrada por la página cinehoyts.cl y luego recibe un mensaje con una foto. Esta contiene un código que convierte al celular en la entrada. Un lector en el cine verifica si es real y listo.

Desde junio, la empresa ha vendido unos 6.000 tickets virtuales, para servicios como ir a los cines o andariveles de El Colorado.

Otras realidades
Una de las aplicaciones más novedosas de esta tecnología es la realidad aumentada, que funde realidad con imágenes 3D. La información del código se puede ver con una webcam. Un ejemplo: en Chile, la compañía Gled (www.gled.cl) creó un sistema llamado "iveo", que muestra personajes tridimensionales interactuando con reacciones físicas del ambiente. ¿Cómo? Personajes que aparecen en cartas de juegos de rol cobran vida frente a una cámara. Esta aplicación es perfecta para publicidad.

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